No se puede subestimar la importancia de mantener los productos farmacéuticos sensibles a la temperatura dentro de los rangos prescritos durante todo el viaje (incluido el almacenamiento en su destino final). Los fabricantes de productos farmacéuticos lo saben porque es su responsabilidad dar cuenta de la calidad de un producto hasta su uso final.
Los productos farmacéuticos sensibles a las altas temperaturas pueden volverse menos efectivos y, en algunos casos, incluso tóxicos, mientras que los sensibles a las bajas temperaturas suelen perder sus propiedades terapéuticas si se congelan. De cualquier manera, no transportar o almacenar productos farmacéuticos dentro del rango de temperatura prescrito puede tener un efecto grave en la salud de las personas, en algunos casos puede incluso poner en peligro la vida.
Existen dos maneras de preservarlos durante su transporte:
Refrigerado:
Un ambiente refrigerado está en el rango de +2°C a +8°C. Los productos que requieren un ambiente frío no deben congelarse ni calentarse demasiado durante el tránsito, de lo contrario su potencia se verá afectada. Ventolin (una ayuda para respirar) es un ejemplo de un producto farmacéutico transportado a temperaturas frías.
Congelado:
Las temperaturas inferiores a menos 15 °C son obligatorias para algunos productos farmacéuticos. Puede ser difícil detectar a simple vista si un producto se descongeló y luego se volvió a congelar, por lo que es posible que estos productos deban someterse a una evaluación de laboratorio antes de usarse. Los órganos y tejidos generalmente se transportan como carga congelada.
FUENTE:
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