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El incremento de las políticas de descarbonización, las restricciones de tráfico, la sostenibilidad, así como el alza en los volúmenes de reparto nacidos de los nuevos hábitos de consumo, han propiciado la necesidad de encontrar nuevos modelos de distribución urbana.

Por Ramón García. Director general del Centro Español de Logística.

Una empresa, debido a los tiempos

En los últimos años, tanto la distribución urbana de mercancías (DUM) como su gestión se han convertido en uno de los grandes retos de las ciudades, no solo en el ámbito urbanístico, sino en el legislativo.

El auge de los e-commerce y servicios de entrega exprés han hecho que incremente exponencialmente el transporte de mercancías, algo que, unido a los flujos logísticos de la hostelería, hace que se alcancen seis entregas diarias por establecimiento y, en consecuencia, se genere una congestión urbana. En otras palabras: las entregas urbanas están impactando de forma histórica en la calidad de vida de los ciudadanos, el medio ambiente y en la economía en general.

El peso del tráfico generado por el transporte profesional: protagonista en los debates políticos

Uno de los puntos más relevantes a tener en cuenta es el importante cambio que han experimentado los hábitos de consumo. Nuestro comportamiento como consumidores indica que cada vez son más las personas que prefieren la entrega a domicilio por encima de la entrega en centros de conveniencia. En España, según varios estudios, cerca del 90% de los pedidos online se entregan en los hogares, algo que, inevitablemente, genera congestiones de tráfico, contaminación acústica y emisiones de gases de efecto invernadero en áreas urbanas.

Como consecuencia, la actual situación de las ciudades se ha convertido en uno de los principales focos del debate social, político y económico. No hay duda de que el peso del tráfico generado por el transporte profesional es cada vez más protagonista. De hecho, según un estudio elaborado por Alliance for Logistics Innovation by Collaboration en Europa, el transporte urbano de mercancías supone entre el 15% y el 20% del tráfico en las ciudades, siendo responsable del 25% de las emisiones de CO2, el 30% de NOx y el 50% de las partículas emitidas a la atmósfera.

Este tipo de cifras son las que están impulsado los nuevos marcos regulatorios en España –como las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE)-, que buscan reducir lo máximo posible la presencia del tráfico rodado en los entornos urbanos. Sin embargo, las ZBE nos posicionan en un doble cambio de paradigma: la sostenibilidad se ha convertido en una absoluta prioridad, pero la mayoría de consumidores –educados en la inmediatez- no está dispuesta a esperar más en las entregas a cambio de cuidar su entorno.

Mientras el 70% de los compradores online está dispuesto a pagar más por envíos sostenibles, las estadísticas señalan el importante desafío oculto de esta nueva forma de ver al sector, consecuencia de la estandarización de los envíos sin coste: la logística inversa. De esta forma, de cara a 2025, se produciría un aumento de cerca del 3% en el volumen de devoluciones a nivel mundial, y del 1,7% en Europa.

Ante esta situación, una de las soluciones capaces de aliviar algunos de los desafíos a los que hace frente el transporte urbano es la implantación de nuevos modelos de distribución urbana basados en la utilización de “microhubs”, que funcionan como instalaciones logísticas que recogen bienes en una ubicación cercana al punto de entrega final.

Los microhubs no solo pueden optimizar las operaciones logísticas al permitir que los establecimientos y consumidores puedan ser atendidos de forma más rápida, sino que también reducen el tráfico de forma significativa a través de modos de transporte ligeros y sostenibles. Asimismo, mediante la utilización de estas plataformas de gestión centralizadas, se puede equilibrar la demanda, aumentando la eficiencia logística de este último eslabón de la cadena de suministro. No obstante, es importante tener en cuenta que la principal razón del éxito de esta solución es, a su vez, su principal desafío, ya que para su correcta implementación es clave disponer de un modelo de gobernanza de la red de microhubs que recoja las reglas para que el resultado de la colaboración entre los agentes implicados sea exitoso.

¿Cuáles son las ubicaciones adecuadas para que los microhubs urbanos sean rentables y sostenibles?

Con el objetivo de lograr llegar a una solución con la que conseguir la implicación y la aceptación de todos los agentes involucrados, se puso en marcha en 2019 una nueva iniciativa, bautizada con el nombre de “Microhubs 4.0: distribución urbana de mercancías conectada, interoperable, colaborativa y sostenible”. Dicha iniciativa, en la que CEL participa, realizó como punto de partida un estudio cualitativo, con el apoyo del Ayuntamiento de Madrid (Mares) y la participación de los principales agentes representativos. Tras extraer las conclusiones del estudio preliminar y con la financiación del programa de Agrupaciones Empresariales Innovadoras (AEI) del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, el clúster CITET lideró el consorcio formado por el Centro Español de Logística (CEL), Piperlab, NTT Data y Mensos. Cuenta con la participación de más de treinta entidades colaboradoras, como el Ayuntamiento de Madrid, empresas de referencia en la distribución de paquetería y HORECA, o asociaciones de distribuidores y vecinos.

El objetivo principal de dicha iniciativa es proponer y validar un modelo de gestión y operación, así como identificar cuáles son las ubicaciones adecuadas para que los microhubs urbanos en la ciudad de Madrid puedan ser rentables y sostenibles. Asimismo, se persigue el incentivo de las empresas cargadoras y transportistas a su uso de manera habitual, fomentando una distribución urbana más sostenible y eficiente.

Como resultado, la propuesta se ha basado en el planteamiento de la creación de una red coordinada de microhubs, con un modelo de operación estandarizado y gestionado de forma independiente a los transportistas y operadores de entrada y salida, así como con un dimensionamiento óptimo en cuanto a ubicación y número (14 para B2C y 16 para B2B). Se propone poner a disposición de los usuarios una plataforma que favorezca la interoperabilidad entre éstos y que, asimismo, permita optimizar los flujos de entrada a la ciudad. Ahora la iniciativa se encuentra en su segunda fase, también financiada por el programa de AEI’s del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo. Con un nuevo consorcio liderado por CITET -con la participación del Centro Español de Logística (CEL), Piperlab, Amipem y Citylogin- y que ha sido nombrado MICROHUBS 4.0 STG2, el objetivo principal es seguir avanzando mediante el estudio, propuesta y desarrollo de los componentes tecnológicos que formarán parte de la plataforma orquestadora del gestor de la red y de los microhubs.

Su tecnología está basada en IA e interconexión, mediante la plataforma “Standtrack” que gestiona el estándar para la trazabilidad e identificación de bultos con el fin de favorecer la interoperabilidad entre operadores de transporte y testear su viabilidad mediante un piloto real en un entorno controlado.

La logística puede encontrar en los microhubs una triple solución

Este nuevo modelo de distribución pone de manifiesto que el progreso, la innovación y la colaboración público-privada deben ser puestos al servicio del proceso de transformación al que están siendo sometidas las ciudades.

Mediante este planteamiento disruptivo, la logística podría encontrar en los microhubs una triple solución: mantener los servicios y la calidad exigida en la distribución; acabar con la congestión y su impacto medioambiental; y cubrir la necesidad de asegurar la rentabilidad y sostenibilidad de todos los actores que intervienen en el proceso. No obstante, como ya han mostrado algunos de los resultados obtenidos, la única forma de asegurar la continuidad y viabilidad de este tipo de soluciones es mediante la escucha y la colaboración entre todas las partes implicadas. Solo así se podrán alcanzar los acuerdos necesarios para que, posteriormente, se produzcan las modificaciones urbanísticas y legislativas adecuadas para incentivar a las empresas implicadas en la distribución urbana de mercancías y que éstas utilicen de forma habitual este tipo de infraestructuras.

Los avances que han tenido lugar en los últimos años han demostrado que con transparencia, innovación y colaboración es posible alcanzar un futuro verde en el que la logística sea capaz de adaptarse a los requerimientos medioambientales, sociales y económicos. Es el momento de avanzar juntos para conseguir dar forma a la distribución urbana de mercancías del mañana. Entre todos podemos construir un nuevo modelo de ciudad y adaptarlo a las necesidades del sector de la logística.

FUENTE:

Énfasis Logística - Noviembre 2023