En los últimos cuatro años, la cadena de suministro global ha enfrentado riesgos sin precedentes, impulsados por factores como la emergencias sanitarias, conflictos geopolíticos y desastres naturales. Estos eventos han puesto de relieve la vulnerabilidad de las cadenas de suministro, llevando a interrupciones masivas que han afectado tanto la producción como la distribución.
Por Stefan Rendelstein. Director de ventas de Rendel.
Según un informe de Deloitte emitido en 2023, el 75% de las empresas globales han experimentado disrupciones significativas en sus cadenas de suministro, lo que ha impactado gravemente en su capacidad para mantener operaciones continuas.
Entre los riesgos más notables se encuentran:
- 1. Pandemia de COVID-19: Provocó la escasez de materias primas, retrasos en la producción y problemas en el transporte global.
- 2. Conflictos Geopolíticos: La guerra entre Rusia y Ucrania afectó el suministro de energía, cereales y metales, lo que resultó en un aumento significativo de los costos y la necesidad de encontrar nuevas rutas comerciales.
- 3. Crisis de la Cadena de Suministro en el Canal de Suez: En 2021, el bloqueo del Canal de Suez afectó al 12% del comercio global, mostrando la dependencia del mundo en puntos críticos de transporte.
- 4. Fluctuaciones de Precios: La volatilidad de los precios de los combustibles y las materias primas ha afectado gravemente los márgenes operativos de las empresas. Estos eventos han dejado en claro que la gestión de riesgos en la cadena de suministro ya no puede ser reactiva, sino que debe ser proactiva, adoptando herramientas tecnológicas que permitan anticiparse a las disrupciones.
La Importancia de la Planificación en la gestión de riesgos
Autores como Christopher y Peck (2004), argumentan que la resiliencia de la cadena de suministro depende de la capacidad de identificar vulnerabilidades y gestionar la flexibilidad operativa. La implementación de metodologías como el Failure Mode and Effects Analysis (FMEA) permite a las empresas evaluar los modos de falla y sus impactos antes de que afecten la operación. A su vez, el marco de Business Continuity Management (BCM), promovido por Bhamra, Dani y Burnard (2011), subraya la necesidad de contar con planes de continuidad que incluyan estrategias de recuperación, asignación de responsabilidades y comunicación efectiva para garantizar la supervivencia ante eventos disruptivos.
Un estudio reciente de McKinsey & Company (2023) identificó que las empresas que invierten en planificación avanzada y tecnologías pueden reducir sus costos operativos en un 15% y experimentar un 50% menos interrupciones graves. Estos datos sugieren que, aunque la planificación tiene un costo inicial, sus beneficios a largo plazo superan con creces la inversión, especialmente cuando se incorporan herramientas tecnológicas que permiten automatizar y optimizar la toma de decisiones.
De la teoría a la práctica
La tecnología juega un papel crucial para pasar de la planificación a la acción. Un ejemplo claro es la industria farmacéutica, que durante la pandemia de COVID-19 implementó soluciones tecnológicas para mejorar la gestión de inventarios, redirigir rutas de transporte y coordinar operaciones en tiempo real. Estas medidas permitieron a las empresas adaptarse rápidamente a las restricciones y cambios en la demanda. Un caso destacado que podemos tomar como caso de éxito es el de Euroswiss, una empresa dedicada a la venta y distribución de insumos médicos hospitalarios. La implementación de un DMS software de ruteo y control de entregas ha permitido ahorrar hasta un 80% en tiempos de planificación y reducir los costos operativos en un 35%, debido a la identificación de desvíos y cuellos de botella.
Otro sector que ha adoptado Software para optimizar su gestión es el de operadores logísticos, donde han mejorado el almacenamiento en sus depósitos y aumentado la cantidad de mercancía movida con el mismo personal. Empresas como Yusen Logistcs y Expreso Suburbano han logrado reducir el tiempo de despacho y optimizar el uso del espacio, aumentando la eficiencia operativa, gracias a la incorporación de tecnología.
En el eCommerce, la alta demanda de entregas rápidas ha llevado a la implementación de sistemas de trazabilidad y monitoreo en tiempo real. Esto no solo mejora la visibilidad del proceso, sino que ha permitido reducir en un 25% los intentos fallidos de entrega, optimizando la eficiencia logística.
Los eventos recientes han mostrado que la gestión de riesgos en la cadena de suministro no es una opción, sino una necesidad crítica. Las empresas que adoptan plataformas tecnológicas avanzadas—que incluyen trazabilidad, ruteo inteligente, digitalización de documentos y gestión de inventarios—pueden anticiparse a los desafíos y optimizar su operación. Estas herramientas proporcionan visibilidad en tiempo real, facilitando una toma de decisiones ágil y basada en datos.
La diversificación de proveedores, la mitigación de dependencias y la inversión en soluciones tecnológicas son estrategias clave para mantener la resiliencia. En este contexto, la adopción de tecnologías avanzadas no solo mejora la eficiencia, sino que también asegura la rentabilidad a largo plazo. Como indican los estudios del MIT, las empresas que invierten en tecnología logran ser más rápidas y resilientes ante las crisis.
Adaptarse a estos cambios no solo implica sobrevivir a los riesgos, sino prosperar en un entorno en constante evolución.
FUENTE:
Revista Énfasis Logística