Una logística inversa bien gestionada no solo optimiza los procesos internos de una empresa, sino que también tiene un impacto directo en la satisfacción del cliente.
Al facilitar devoluciones rápidas y eficientes, resolver incidencias de manera ágil y garantizar la correcta disposición de productos, el cliente se siente respaldado en cada etapa de su compra.
Además, este enfoque fomenta la confianza y refuerza la imagen de marca, al demostrar compromiso tanto con la calidad del servicio como con la sostenibilidad, mediante la reutilización o reciclaje de materiales.
En un mercado competitivo, una logística inversa eficaz es clave para construir relaciones duraderas con los clientes.