Por Dr. (C) Miguel Ángel Bosio Valdivia. Director de la Maestría enDirección de Operaciones y Proyectos Escuela de Posgrado, Universidad de Lima.
La búsqueda cada vez más analítica en la cadena de abastecimiento va encaminada a encontrar los entrampamientos o puntos críticos en actividades como transporte, almacenes, cuadrillas y cargadores, fletamentos nacionales e internacionales, agentes involucrados en el movimiento internacional (freight forwarders, agentes de aduana y navieras), corredores de seguros, distribuidores, mayoristas, minoristas, nanostores y demás involucrados. Durante muchos años los logísticos hemos estado atentos a corrientes y herramientas vinculadas como lean logistics, living supply chain, green logistics, closed loop supply chain, circular supply chain, warehousing, RFID (radio frequency identification), tecnología Blockchain aplicada, logística 2.0, 3.0, 4.0 y hasta 5.0e, entre muchos otros temas. Y, la preocupación constante ha sido que cada elemento de la cadena, cada proceso de elementos concatenados, cada indicador del dashboard señale una fluidez constante del abastecimiento, garantizando el éxito de la gestión logística.
Nuestras proyecciones siempre han estado encaminadas a prever el funcionamiento adecuado de la cadena de abastecimiento. Durante muchos años las herramientas estadísticas y de planificación estratégica se vincularon con la logística para hacer del flujo más o menos constante un sinónimo de éxito empresarial. Dichos saberes se planificaron en entornos identificados con las siglas VUCA que definen en inglés a situaciones de volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad. Anticiparse al cambio como resultado de entornos VUCA era una de las características buscadas en los líderes empresariales, por lo que había que medir la gestión a través de principales capacidades como:
- 1) Gestionar convenientemente el conocimiento.
- 2) Manejar adecuadamente la planificación.
- 3) Gestionar óptimamente procesos y recursos.
- 4) Tener respuestas funcionales para cada posible desviación de lo planificado.
- 5) Saber diseñar y manejar sistemas de recuperación de la cadena.
- 6) Manejar convenientemente errores de sistemas.
- 7) Manejar convenientemente errores de conducta en la cadena.
Sin embargo, a partir de esta década y sobre todo con la pandemia de inicios del 2020, los estudiosos de la planificación encontraron que los comportamientos del entorno VUCA entraron en aspectos más difíciles e impredecibles, dando lugar a entenderlo dentro de las siglas BANI, que definen en inglés a situaciones de Brittle ( frágil, quebradizo, que puede romperse con facilidad), Anxious (ansioso, nervioso, impaciente…), Non Linear ( o lo que es lo mismo, olvídate de las reglas de causa efecto), Incomprehensible (Incomprensible). Este tipo de situaciones maximiza el riesgo de operativización óptima de la cadena de abastecimiento, pues lo casi perfectamente planificado con las herramientas estadísticas, matemáticas y digitales se convierte en relativoconsiderando situaciones incomprensibles del mercado y también de la red de proveedores.
Las situaciones de volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad, que antes intentamos manejar a través de la planificación y proyecciones en diferentes escenarios, y que siempre se sustentaron en complejos modelos matemáticos, hoy en día resultan más difíciles de manejar porque hay situaciones incomprensibles, frágiles de planificar, no lineales y por ende angustiantes. Las posibles combinaciones de resultados para cada variable, y que de modo combinado pueden dar un escenario único, impredecible e irrepetible, son tratadas a través de Blockchain y Data Analytics, más aún siempre hay un factor humano o externo que puede alterar el resultado final de toda la cadena de abastecimiento. Hace unos años algunos investigadores ya habían intentado explicar esta realidad logística a través del modelo de ecuaciones con inclusión de variables latentes.
Si lo dicho en los párrafos anteriores lo intentáramos modelar de manera simple, pudiéramos plantear, por ejemplo, una actividad de reparto de productos finales a una bodega como dependiente de 3 variables del modo siguiente:
- X: Transporte adecuado para el reparto.
- Y: Personal adecuado para la carga y distribución.
- Z: Instrumentos para la trazabilidad listos para el reparto.
La variable X puede llevar a pensar en los siguientes escenarios, entre muchos otros:
- Camión con la capacidad y peso cargable adecuado. Habría que contrastar los límites de la unidad, los límites legales para circulación y los deseos de entrega, por ejemplo.
- Dimensiones del camión capaces de circular por la ruta de entrega. Habría que verificar las pistas de acceso, la peligrosidad de las zonas de entrega, los límites legales, por ejemplo.
- Camión con adecuados estándares técnicos para llevar adelante el reparto. La variable Y puede llevar a pensar en los siguientes escenarios, entre muchos otros:
- Cantidad y calidad de personal adecuado para la carga y distribución. Habría que contrastar su adecuada contratación, su inducción adecuada a los productos que distribuiremos, su manejo para interactuar con los clientes, por ejemplo.
- Tipo de personal idóneo para cargar el producto, dependiendo de pesos, volúmenes y tipo de carga, por ejemplo.
La variable Z puede llevar a pensar en los siguientes escenarios, entre muchos otros:
- Contamos con la tecnología “A” que nos permitirá lograr la trazabilidad más adecuada.
- El personal de distribución conoce y maneja adecuadamente la tecnología “A”.
- Existe durante toda la ruta de distribución soporte tecnológico propio y ajeno para soportar el uso adecuado de la tecnología “A”.
Solo para cada una de estas tres variables de la distribución en logística de comercialización, hemos planteado una serie de situaciones que en un modelo de planeamiento logístico constituirían un valor posible diferente. La tecnología de hoy en día por supuesto que nos permite ingresar en un sistema muchos valores para muchas variables, siempre y cuando las variables y sus posibles valores puedan ser identificables y posibles de proyectar.
En las actuales cadenas de abastecimiento, sin embargo, hay situaciones que se están dando y que resultan incomprensibles. Hay eventos para los que no ha sido fácil medir las consecuencias; de hecho, ningún empresario se preparó para un confinamiento total, o una migración inmediata hacia canales de distribución meramente digitales; nadie pensó que los fletes internacionales subirían exponencialmente a 10 veces más de su valor en tan poco tiempo en el 2020 y 2021; luego de décadas de trabajo en aras de mayor integración entre los países vía acuerdos y otros acercamientos, nadie avizoraba el estallido de nuevos conflictos bélicos en varias partes del mundo, y entre países de gran importancia para el comercio mundial; como nadie esperaba la recesión e inflación de los últimos meses.
Y, a estas situaciones macro es posible también aumentar situaciones micro principalmente fruto del comportamiento de clientes y proveedores en el sistema de cadena logística. Las variables X, Y y Z pueden sufrir aun mayores variaciones cuando algunas de las subvariables sufren muy pequeñas variaciones: una vía cerrada hoy para llevar adelante una obra civil puede significar una ralentización de la cadena de distribución del producto. Lo mismo, la ausencia de varios trabajadores por un evento fortuito como un partido de fútbol o el capítulo final de una serie favorita; la disposición de un feriado largo o de un día declarado feriado por alguna razón que las autoridades del país consideren a último momento, etc.
Todas estas series pueden ocasionar desfases o entrampamientos en la cadena logística, dando lugar a que en la estructura de subvariables para cada variable tengamos un modelo de la siguiente índole:
X = x1 + x2 + x3 + x4…….+ xn + (xi1) + (xi2)…….+ (xin)
Y = y1 + y2 + y3 + y4…….+ yn + (yi1) + (yi2)----..-+ (yin)
Z = z1 + z2 + z3 + z4…….+ zn + (zi1) + (zi2)…….+ (zin)
Donde i matemáticamente constituye un número imaginario, y que en la realidad se puede traducir como el múltiple valor de eventos sumamente fortuitos, incomprensibles e inmanejables.
El gran reto de hoy es poder planificar lo planificable y lo no planificable (que son justamente estos múltiples valores reales de esa “I”). La única manera sugerida de minimizar el riesgo de poder manejar lo no planificable es tener mucha información vinculada e interrelacionada que nos lleve a colocar nuestras variables en escenarios cada vez más inverosímiles, pero posibles hoy. En este sentido la tecnología constituye un elemento crucial en el manejo actual de la logística.
FUENTE:
Énfasis Logística - Noviembre 2022